Cegados por el Black Friday
- E.S.G
- 24 nov 2017
- 2 Min. de lectura
El "Black Friday", día en el que las ofertas sacan a miles de personas a las calles con la intención de anticiparse y ahorrar en las compras de Navidad, también incide negativamente en el medio ambiente.
Así lo aseguraba la integrante del área de Consumo de de Ecologistas en Acción, Charo Morán, pues existe "una relación directa" entre el consumismo y la crisis ecológica, que nos lleva hasta "una encrucijada sin salida".
Y en una sociedad, cada vez más comprometida con el medio que nos rodea, no todos iban a quedarse de brazos cruzados. De hecho, la ONG Ecologistas en Acción, junto a Cactus Teatro, protagonizaban en la Plaza de Callao de Madrid una "acción-performance" con motivo de la jornada internacional de anticonsumismo "Día sin Compras" que se celebra cada año coincidiendo con el Black Friday.

Actores escenificando la ceguera consumista propia del Black Friday. Foto: ESG.
La acción supuso la interpretación, por parte de varios actores con bolsas en la cabeza, de la ceguera consumista que conlleva esta jornada y que, finalmente, pedían ayuda para salir del círculo del "comprar y comprar".
Morán, manifestaba su intención de reivindicar que "en muchas ocasiones no se tiene conciencia previa de si lo que vamos a adquirir responde a nuestras necesidades o es simplemente una compra compulsiva".
En definitiva, el "Día sin Compras" invita a reflexionar sobre el consumo con la finalidad de denunciar el actual modelo de producción y consumo, y visibilizar así los impactos sociales y medioambientales de un modelo de sociedad basado en el consumo.
Y es que la relación que tiene el propio consumismo con la crisis ecosocial es "bastante evidente", insistía Morán, pues detrás de cualquier objeto que compramos hay un proceso industrial, un transporte, una extracción de materias primas, etc., que finalmente acaban afectando a nuestro entorno, además contribuir al cambio climático.
Asimismo, dicho modelo también afecta negativamente a la biodiversidad, ya que la producción de todos los objetos que adquirimos conllevan de alguna manera u otra la tala de árboles o la expulsión de las especies de sus hábitats naturales para la construcción de carreteras, fábricas, industrias, etc.
Además este modelo también fomenta el especismo, es decir, la discriminación por la pérdida de respeto hacia los animales con el objeto de usarlos para satisfacer nuestra necesidad de compra. Y que a veces, como la misma Morán mencionaba, es una mera respuesta a todas esas campañas desarrolladas por grandes marcas y que pretenden despertar esta actitud compulsiva de nosotros.
"Si todas las personas del planeta viviesen como lo hacemos en Europa se necesitarían cuatro planetas de recursos" mencionaba Morán, así como que "cada uno de nosotros contamos con unos 10.000 objetos en nuestras casas, frente a los 236 que tienen los indios navajo, una comunidad con la que coexistimos actualmente".
Actualmente, existen culturas que no se basan en el consumismo, sino en la relación con la naturaleza, recordaba Morán, y "tenemos mucho que aprender de esas formas de relacionarnos".
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